lunes, 8 de abril de 2013

Dos poemas de Angélica Murillo, de su libro "Sobre el amor filial -y otras desviaciones-"

La poesía de Angélica Murillo es una rara avis en la poesía costarricense contemporánea. Es, además, una poesía que hace acrobacias entre el mito, la violencia, la delicadeza de cierta música que se reconoce en sus versos y un desbocado lenguaje, no en busca de la libertad, por el contrario un lenguaje que hace de la libertad un señuelo para perturbarnos.

Ediciones Espiral tuvo el gusto, y el honor, de publicar en el 2011 su libro Sobre el amor filial -y otras desviaciones-, como parte de la colección fin del mundo.

Les presentamos dos poemas de nuestra querida y admirada Angélica Murillo.

Que los disfruten.




Epístola a las Brujas

Bestias, con el mar a la inversa de los ojos
con el abismo por sentido.

Criaturas de un dios que ama la sangre y la piel del sacrificio.

Niña, tu aullido en el desierto.
–A qué implorás de noche | hacia el cielo.
–¿Por qué tus perlas a ese cerdo?

Anda, haz como siempre:
Rasguña a tu madre y besa a tus hermanas.

Maldita
Bruja
Animal de otra calaña
Sabia.

Deja crecer tu cabello
–tus labios como garras–
Y durante
catorce días
devóralos uno a uno.
Gata.
Aparta la mies de la cizaña.



Sobre el amor filial
–y otras desviaciones–


Dónde está el auto 789 y el hijo cínico, filósofo de buen vestir.
Hace un minuto era un niño y bajaba la pendiente de la mano.

Pero su padre –esquizoide–
le apartó de su mejilla con un gesto
que nada tiene de cortés.

Cortés al menos era un granuja y su caballo
hacía agujeros negros y uno que otro
ojillo de alfiler.

Con tan hermoso instrumento podríamos jugar.
Yo seré el Marqués
–de Sade por supuesto–
Vos, mi fiera predilecta: Lautréamont.

Y desde la cabina
donde inmolan a las putas –por cobrar–
citaremos a tu padre y ya verás...

Le pintaremos con sangre
las uñas de los pies.


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