martes, 22 de noviembre de 2011

Presentación del libro For sale

Ediciones Espiral les invita este jueves 1 de diciembre a las 7:30pm a la presentación del libro For sale, del poeta Joan Bernal. El libro será presentado por María Montero.
Lugar: Casa de Cultura Popular José Figueres Ferrer. Dirección: De la iglesia Santa Teresita, en Barrio Escalante, 300 m. norte y 300 m. este.

Informes 8828-0986

Lleguémosle gente.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Sobre el amor filial -y otras desviaciones-

Presentación del libro de la poeta: Angélica Murillo por Selene Fallas




Es un honor para mí, presentar el segundo poemario de esta talentosa poeta, como ella misma lo aclara, este libro es cronológica y estilísticamente, anterior a Variaciones en la trayectoria de una hormiga, sin embargo, en efecto, es su segundo libro, posterior al inédito Circomística.



Aunque he tratado de no convertir esta presentación en una narración absolutamente personal e intimista, me gustaría, al menos caer en la tentación de humanizar y personalizar, antes de empezar a hablar del libro que nos convocó esta noche y, por eso, les pido una disculpa, pero, como de todas maneras no creo en la objetividad, no pretendo convencerlos de que mi lectura sea desvinculada y “científica”, por el contrario, mi lectura (como la de cualquier lector) esta mediada por lo que soy, por las lecturas que he hecho, los referentes culturales que poseo, mi deformación académica, etc.



Años atrás, en este lugar (la casa de cultura popular José Figueres Ferrer) Angélica, Marcel, Sergio, Edward, Gustavo y yo, nos reuníamos para hablar de poesía, para comentar nuestros textos y tratar de ayudarnos, unos a otros, en esa búsqueda tan desesperada de la literatura. Nuestros caminos, tomaron rumbos distintos, también nuestro concepto e interés por la literatura fue variando, cada uno, quizás, tuvo su epifanía personal al respecto y, tras esa nueva búsqueda literaria o no, cada quien enfrentó o asumió su proyecto de vida, no obstante, hoy me llena de emoción saber que más personas fuera y dentro de este país puedan conocer la poesía de Angélica, pues su escritura siempre ha marcado, para mí, un horizonte.

Hablar de la poesía de Angélica Murillo es abrir la puerta a un nuevo paradigma, esta poesía no solo reta al lector en términos formales (estilísticos), sino que lo enfrente a una visión del mundo y de las relaciones desesperanzadora, sin embargo, como dijo Saramago: “los pesimistas son los que cambiarán el mundo, porque los optimistas están maravillados con lo que hay en él”.



Sobre el amor filial y otras desviaciones es un libro que nos deja más inquietudes que respuestas. Esta poesía es fresca y tiene toda la fuerza de una poeta cuyo bagaje y riqueza expresiva son, cuando menos, apabullantes. Este poemario nos hace un recorrido por temas y paisajes para nada cómodos, debemos salir de la zona de confort y arrastrarnos en el fago de nuestra condición humana.

La poeta arremete contra algo que en Occidente se ha idealizado y puesto en un altar: la familia, probablemente no sólo en Occidente, supongo que tiene que ver con la necesidad de sobrevivir: la horda, la manada, la tribu, esa necesidad evolutiva de saber que pertenecemos a algo y de cuidarnos las espaldas, sin embargo, este poemario, nos pone en jaque, respecto a aquello que siempre se ha mostrado como lo ideal.

La casa que la poeta dibuja en estas líneas, no es un espacio de recuerdos agradables, esta es la casa manicomio, esta idea se encuentra en el primer poema “Perdió la cabeza (literalmente)”. El yo lírico plantea: “Pero yo prefiero decirles la verdad: esto es una celda. Puede ser un manicomio, un burdel, una concha. Ohhh sí una casa”. Evidentemente, dada la alusión que el hablante hace a “La casa de Asterión” cuento del argentino Jorge Luis Borges, esta casa, no solo representa ese espacio íntimo, familiar, esta casa es el mundo que, en palabras del hablante, no se ubica como un lugar “ideal” sino como una celda, un manicomio, una concha, estos tres lugares representan un encierro involuntario, una captura. El burdel, por otro lado, es ese espacio que, si bien, no podría definirse en términos de encierro sí es un espacio que simbólicamente representa un desafío a la “moral” tradicional, a los valores tradicionales, es un mercado donde lo que se vende es sexo, aquello con lo que solo el ser humano es capaz de lucrar, somos la única especies capaz de no involucrar la reproducción (de burlarla incluso) a favor del placer.

Este primer poema nos define al hablante y nos marca el terreno: “yo era su mascota futurista, su juglar sin epopeya”, acá el hablante nos advierte que no habrá hazañas que cantar, por el contrario, nos veremos inmersos en una lírica que si bien, nos envuelve y maravilla por el ludismo que caracteriza a esta poeta, también nos deja muchos cuestionamientos sobre algunos valores que cimentaron y aún estructuran esta sociedad.

El segundo poema “Pintura animable con atmósfera nihilista” vuelve un poco al reproche por el tratamiento del ser humano como una mercancía, en el afán por sobrevivir, hemos hecho de todo un negocio y esto en detrimento de nuestra especie, pues aquello que no puede venderse deja de importar, el valor que se da a las personas y a lo que producen no es estrictamente un valor, sino un precio. El poema se desarrolla en una escena, claramente urbana, donde al final, lo único que importa es no develar la muerte, mantener esa incógnita parece ser lo único que sostiene a los personajes de esta pintura, de este collage, si me permiten.

El tercer poema recrea el génesis desde la metáfora de la virtualidad, ciertamente, esta manera de entender el mundo desde el espacio cibernético nos hace repensar y cuestionar nuestro origen y paradero como especie, además, nos permite jugar con el mito demiurgo y los arquetipos de Adán, Eva y el Demonio, el hablante no desaprovecha la oportunidad de hacer su propio mito, que es consciente o conocedor del mito anterior “No caeré de nuevo. No en el mismo río”, este paraíso desprovisto de inocencia, de ingenuidad, este nuevo Paraíso ha creado otra especie, otro pecado y otras culpas.



Este poemario reinterpreta la literatura y algunas de sus fuentes inagotables, la cabellera femenina, por ejemplo, fuente de cientos de relatos y mitos, quizá ninguno tan aterrador como el de Medusa, el cuarto poema nos habla de la melena Melusina, que no se reelabora a partir de las víboras que caracterizan a la Medusa tradicional, esta melena más bien se describe como una planta carnívora, que el hablante vio crecer, primero la observó degustar del targuá y luego la vio devorar a “uno que otro conejillo de indias”. El juego fonético del poema es tan embelesador que solo el que tenga una historia, una fábula tan sólida estructurándolo, nos permite descartar que sea gratuito o un puro ejercicio de estilo.

Los poemas dedicados a Emilia, son todo un cuestionar nuestra condición humana, lo natural, lo social, el viaje, la raíz, la muerte, la vida, la ciudad y la selva, las eternas paradojas que ya en el siglo XXI no intentamos resolver, forman parte de una especie de “conocimiento” de “estado de la cuestión” que arrastramos sin que nos interese formular una nueva hipótesis de estudio.

El poema “Anómalo animal” es ese retrato de familia que deja ver esa deformidad moral o social que nos carcome, pues somos animales y reprimir o poner etiquetas al comportamiento “natural” es algo que hacemos asumiendo una superioridad que al principio se supuso divina y luego se sostuvo desde la racionalidad y el paradigma científico, no obstante, ha servido de poco este ser civilizado, pues cuando es necesario, nos demostramos unos a otros, que nuestra naturaleza, a pesar del filtro social, puede ser la más peligrosa de todas.



La poesía de este libro está llena de referentes culturales, es un constante diálogo del hablante con el cine, la música, la filosofía la literatura, la física, la biología, pero sobre todo, es un diálogo o un intento de diálogo con el lector, el hablante, nos pide a gritos que respondamos sus provocaciones, casi nos habla con esa pose de “Maja desnuda en el tres catorce” y embiste contra nosotros, nos recuerda: “Tu jaula es el mundo/ tu jaúl y mi sueño: seguir tendida con la Nada, mientras la muerte –la muerte y no vos– se encarga del boceto”. De nuevo la metáfora del mundo como jaula, prisión o cárcel y de la muerte como hilo de Ariadna, la muerte es el sentido, la respuesta, la estructura.

El hablante nos cuestiona agresivo en cada frase, de vez en cuando un coqueteo, sutil, suave, pero no nos recibe el poema con los ojos cerrados y el labio dispuesto al beso, nos recibe una bofetada, un golpe que intenta despertarnos: “Árboles que foto-nicotinan y aceras como cunas donde nacen dos mendigos por minuto”. El paseo por la ciudad no nos devuelve la esperanza, la urbe es una granja, un espacio de domesticación, pero además de producción, de explotación.

Una cuarta parte del poemario “Y los pants sin cremallera” nos lleva hacia una serie de personajes femeninos con características que en poco se parecen a la tradición, mujeres o voces femeninas que básicamente están perfiladas por cierto desdén, cierto cinismo, en alguna medida, pero el rasgo fundamental es la poca importancia que le dan estos personajes a decir lo “correcto” a decir lo que la sociedad podría esperar de ellas, además del intertexto y el juego de palabras que son la constante en el poemario (tanto que el poema “Mi hermana”, es la suma de los títulos de las partes del libro más un verso). Este poemario, en su visión desencantada, parece extendernos la literatura, la poesía como última tabla de salvación, a pesar de todo, aún se puede hacer arte, jugar con las palabras y retar a la vida con una metáfora, quizás hasta se pueda ganarle la partida y encontrar en eso su sentido.

Este poemario nos permite, como lectores, llenar el espacio en blanco, poner lo que hace falta, la poeta nos concede el derecho de hacer nuestra propuesta, de completar el poema, es en este punto donde el lector participa del diálogo, de esta partida de póker.

La quinta parte del libro, cuyo título es “Se fue un día en el parque como quien” contiene el poema “Sobre el amor filial – y otras desviaciones-“es un poema que hace eco del incesto, sin embargo, la poeta extrapola esta imagen en un referente cultural y simbólico más abarcador. Esta última parte del libro parece hablar de reproches o desamores, desencuentros y despechos, pero todos se enfocan desde la literatura, desde una metáfora anterior que se retoma con el objetivo de crear una suma de imágenes que van rompiendo sus orillas para hacerse parte de este collage, de este libro cuya plástica, tan bien lograda, hace de los poemas una secuencia de cortos que terminan como “una partida de black jack” donde el lector, poco atento, podría perderlo todo (literalmente).

miércoles, 24 de agosto de 2011

For sale de Joan Bernal, por G. A. Chaves


Al igual que la mayor parte de quienes escriben poesía hoy en Costa Rica, Joan Bernal prefiere los temas cotidianos y el lenguaje directo. Lo que distingue a sus poemas, sin embargo, es la íntima vinculación emotiva (carente de ironía protectora) entre el hablante y sus temas. ¿“Qué clase de poeta / se inspira en un paraguas”?, pregunta alguien en la sección inicial del libro. La respuesta es: el mismo que aún se asombra cuando bebe agua, cuando observa los colores de la bandera, o cuando se para a pensar sobre los afectos y resistencias que provoca la gente (“En las vacaciones / cuando nos preguntan / decimos: Ah muy linda / una playa sin gente / un lugar sin gente”); el mismo poeta que saca tiempo para repasar en poemas a sus familiares y su afición por el Deportivo Saprissa.

Joan Bernal escribe sobre lo que le importa, y eso lo ha convertido en un poeta a un tiempo urgente y entrañable. Con For Sale, Joan Bernal ha venido a confirmar las predicciones que le granjearon sus libros anteriores: es un autor mayor e ineludible en el mapa de la poesía costarricense contemporánea.

Una contratapa para Alfredo Trejos por Luis Chaves

En Vehículos pesados, su más reciente entrega de poemas, Alfredo Trejos, camuflado detrás de los arbustos de una especie de neobarroco falso, refina el estilo confesional que lleva su apellido. Trejos regresa a la tradición pero por otro camino. Más que la inercia lírica, este autor prefiere explorar el poder de la palabra no por lo que dice sino por lo que hace. 

Un crooner que por las noches es el contador del desencanto. En sus libros contables hay un poco de fuego en un sobre cerrado. Al leer a ciertos autores uno piensa: me gustaría escribir así. Después de leer a Alfredo Trejos uno dice: me gustaría sentir así.

lunes, 21 de febrero de 2011

Ediciones Espiral invita


Presentación de los libros Emigrar hacia la Nada y Corazón de los Días


Jueves 24 de febrero 7 pm

San José. Casa de Cultura Popular José Figueres Ferrer del Banco Popular, ubicada de la iglesia Santa Teresita, en Barrio Escalante, 300 metros norte y 300 metros este.



Están cordialmente invitados e invitadas a la presentación conjunta de los libros de la colección fin del mundo: Corazón de los Días de Esteban Alonso Ramírez y Emigrar hacia la Nada de Sebastián Arce Oses; habrá vinito y venta de los libros, asistan estará muy buena la actividad, información al 8828-0986.

Corazón de los Días o el mundo del haiku

por Joan Bernal

Esteban Ramírez es otro de los poetas que se bajó de la cuna caminando. Quiero decir no gateó. No se puede explicar de otra manera un primer libro tan completo y bien trazado. Un primer libro con tanta osadía. Es por donde se vea un hecho insólito que un poeta joven que publica su primer libro lo haga participando de un espécimen poético que o se ama o se odia: el haiku.
La definición que el mismo Esteban nos comparte tiene la claridad y el pulso de sus poemas. Simple y llanamente dejarnos, permitirnos estar, realmente vivos. Menuda lección! Con esas poquitas sílabas que forman el Corazón de los Días es evidente que Esteban se permitió tanto estar vivo que uno se va animando. Uno se va preguntando y abriendo, respondiendo y abriendo a ese quizás temible, pero entrañable, salto al vacío: permitirse estar vivo.
Anticipo que para algunos será un libro incómodo. De seguro les hará falta la enumeración, el regodeo, la explicación, el juego de palabras. A todos ellos les propongo lo que Esteban nos propone con su libro: disponerse, soltarse. Duden un poco de los efectos especiales, practiquen el silencio, sobre todo el de la mente. Observen. Obsérvense.
La lectura del estudio que Esteban nos comparte al final, a mi gusto, puede resultar una experiencia aparte. Para mí fue un repaso muy útil por algunos de los puntos de mayor interés en la historia del haiku. Para mi grata sorpresa este repaso pulverizó varios de mis prejuicios sobre el género.
Uno de ellos, el que más me alegró que se derrumbara, fue el de mi ignorante reticencia hacia el rigor de la forma. Una métrica ideal como bien dice Esteban. Dicho estudio me aclaró, con precisión y humildad, variedad de preguntas que hasta entonces me intrigaban.
Con admiración reconocí, después de haber leído el libro de atrás para adelante (cada quien tiene sus coordenadas) que cada haiku de Esteban era testimonio fiel de todas esas falsedades que él mismo se encarga de desmentir. Ni necesariamente místicos ni profundos.
Mi haiku en el libro es este:
Aquella brisa
incapaz de hacerse haiku
me atormenta

Ahí veo a Rilke.
Ahí me veo.
Ahí veo el insondable don de la poesía.
Ahí veo mi dolor transfigurado.
¿Qué verán ustedes? Démonos el gusto de leerlo.
El haiku es un género que a pesar de su economía no es tacaño. El haiku es, como bien se lee en los poemas de Esteban, otra manera de sentir y de ser.
¿Por qué no, la nuestra?
Este libro, por dentro y por fuera, está lleno de paisajes familiares. Por ahí fluye la vida en forma de antena o de puntos suspensivos.
No son sentencias.
No son grafitis.
Su poder de invocación y evocación los rebasa.
Le doy las gracias a Esteban por su libro que nos regresa o nos inicia en el descubrimiento de esta otra maravilla del mundo. Al hacerlo nos alivia saber que aquí y allá la vida es una. Que aquí y allá, ahora mismo y también en el pasado, hombres de variadas formas, historias y costumbres con unas cuantas palabras y otras tantas profundidades o superficies se aventuraron a sentirse, a saberse vivos.
¿Quién sabe? Tal vez también la nieve en nuestra manta viene del paraíso.

14, 15, 18 de febrero de 2011.

(Este texto fue leído en la presentación de Corazón de los Días en Heredia el 18 de febrero de 2011)

Sobre Emigrar hacia la Nada, apuntes para una presentación

por Joan Bernal

Tengo ahora el placer de presentar Emigrar hacia la Nada de Sebastián Arce Oses, San José 1986.
Son ya tres lecturas las que he hecho y cada vez me gusta más. Nos puede pasar perfectamente que caigamos en la engañosa cuestión del primer libro. Puede que llevados por esa apariencia que tantas veces es simple confort creamos, como a menudo ocurre, que nos topemos más con un experimento, en el sentido de saber qué se siente debutar editorialmente.
Pero un libro como el de Sebastián lo leo más como un logro que como un intento. Desde el título me lleva, de acierto en acierto, por un paisaje si se quiere manido. Un paisaje que la fuerza de tener que andarlo llega a repugnar. Ahí están, cómo no, los desagües, los caños, el grafiti, el bar, el lote baldío. Pero cumple, como defiendo en estas líneas, con aquello que a tantos nos gusta de la buena poesía: la operación adánica. Sí. Lo que le tocó a Adán viéndose rodeado de tanta cosa sin nombre todavía. Por supuesto, nada más y nada menos que nombrar las cosas.
Lo que me gusta cada vez que he leído este generoso y considerado libro de apenas tres partes es que se atreve a nombrar, ahí donde otros hemos optado por el simple inventario, la mera enumeración. Sebastián lo define así: “…me exploro con la gravedad/ del viento sobre las tumbas”.
Tiene un regusto a añejo que quizás es el de los mejores vinos. Por eso me atrevería a llamar a Sebastián un buen gurmé. Se ve que paladeó y paladeó quizás el Siglo de Oro, quizás nuestros empolvados, pero insignes románticos para dar con estos versos donde además son tan oportunas las palabras como los silencios.
Este es otro de los grandes logros del libro: los silencios. Digamos que el silencio en Emigrar hacia la Nada es una inteligente crítica a lo evidente que es lo que se espera o lo que con frecuencia viene con los paisajes antes citados.
Desconozco si estos poemas fueron tallereados. En todo caso, la poda que se les hizo, si se les hizo alguna, les sentó muy bien. Hay en todo el libro un afinado sentido de las proporciones. Dice lo que dice con precisión, sin aspavientos.
Emigrar hacia la Nada aporta el equilibrio y el mirarse para adentro. Aporta poemas sin excesos aunque hable de los excesos. Ha sido una gratísima confirmación, en conjunto, de aquella serie de comentarios al margen que le oí a Sebastián en varias de sus lecturas. Comentarios que si bien nos hacían reír a la vez nos dejaban pensando. Veo en la génesis de aquellos comentarios la misma de la de sus poemas: el pensamiento. Y más un pensamiento crítico que llena sus palabras cual clorofila.
Nos gusta esta poesía por honesta, por juiciosa. Todo está muy bien sopesado aquí. Y esta breve presentación puede cambiarse por ese curioso y temido verbo: sopesar.


31 de octubre y 2 de noviembre de 2010.

(Este texto fue leído en la presentación de Emigrar hacia la Nada realizada en Heredia el 9 de diciembre del 2010)